Señor del Amparo

(Esta narración es también la leyenda que se levanta detrás del nicho del señor del amparo)

“Fue traído un crucifijo tamaño natural (Que según los cronistas el propio Sr. Del Amparo) sagrada a tierras de Huandacareo un viernes de cuaresma del año de Gracia de 1551, por el ilustre misionero agustino Fray Francisco de Villa Fuerte, evangelizador de este pueblo. El santo misionero planto el crucifico en medio de poblado, en amplio campo baldío, y empezó a llamar a los indígenas. En Medio del campo se levantaba un gigantesco árbol de ahuehuete, bajo cuya sombra solían reunirse a cantar y celebrar sus sangrientos ritos, los antiguos moradores del pueblo. El Misionero para demostrarles la falsedad de su religión pagana, les dijo que trajeran allí sus principales ídolos, los cuales fueron colocados frente a la imagen de Cristo crucificado. Fray Francisco se prosterno delante de la imagen del Santo Cristo. Le pidió que demostrara su poder contra los mitos infernales. 

Entonces se sintió un fuerte terremoto, se abrieron las grietas en el lugar donde estaban los ídolos, los cuales fueron tragados por la tierra, entonces el árbol gigantesco inclino sus ramas hasta besar, con su follaje la imagen adorable del Redentor. Aquel prodigio conmovió en lo más íntimo a los sencillos tarascos, que bien preparados por el misionero, dos meses más tarde recibieron el santo bautismo y echaron raíces de un pueblo nuevo y profundamente católico.

El siguiente año de 1552 construyo una humilde capilla, donde coloco la sagrada imagen y el lunes de pascua de aquel mismo año, al bendecir la imagen, les dijo estas memorables palabras: -Hijos míos, ya son cristianos, sus ídolos han ido a retirarse, con su creador que es satanás, al fondo de los abismos. Ya no tendrán más Dios que la de cristo crucificado con el padre y el espíritu santo. Su madre será María la madre del Dios verdadero. Y en lugar del árbol maldito, que tenían por sagrado, los amparara el árbol de la vida, que es la cruz.

¡Los amparara el árbol de la vida…!

¿No merece acaso esta expresión que insinuó el misionero, de aquel nombre que llevaría para siempre la imagen de cristo crucificado?

Que, por su fe ardiente, sincera y firme, siga Huandacareo haciéndose digno de ser el pueblo amado de Jesús. “

¿Otra leyenda que se levanta en torno a la imagen del Señor del amparo? El amparo del 8 de enero

Esta leyenda surge de la batalla del 8 de enero de 1918, cuando 83 vecinos del pueblo de Huandacareo enfrentaron heroicamente al bandolero José Inés Chávez García, quien con sus muchos pistoleros intentaba saquear la ciudad, según se dice todos los demás habitantes estaban ocultos en la parroquia en torno al señor del amparo, quien dio gran triunfo, según la fe del pueblo, a las tropas huandacarences que triunfaron sobre los miles de hombres que asediaron Huandacareo, esta y muchas otras leyendas se cuentan sobre esta imagen y sola la fe del pueblo aviva estas leyendas.

Escrito que dejo el Pbro. Fr. Miguel Zamudio en el libro de Bautismos No. 20 año de 1950

El Pbro. Fray Miguel Zamudio ultimo sacerdote agustino que estuvo en esta vicaria, hace entrega de ella al arzobispo de Morelia, por mandato del P. Provincial Fray Agustín Zamudio, pues con cuatrocientos años de vida agustiniana que ha tenido esta feligresía, todos los sacerdotes que por ella han pasado se dedicaron con un celo verdaderamente apostólico en propagar la devoción a la imagen venerable del Sr. del Amparo, y en hacerle un templo grande todo de cantera y en blanquear las almas con el ejemplo y con el perdón. Por eso es natural que nuestros corazones se sientan llenos de amargura, y nuestros ojos cargados de lágrimas al suceder estas cosas

 

En el año de 1951 la vicaría de Huandacareo fue entregada a la arquidiócesis de Morelia y erigida como parroquia por el Excmo. Y Rvdmo. Sr Luis Ma. Altamirano y Bulnes, en el año de 1951 a 1952, quien fue arzobispo Emérito de Morelia. En su breve estancia retomo con gran entusiasmo los trabajos de la construcción logrando significativos avances.

Al separarse el Sr. Estanislao Alcaraz tomo el curato el Sr. Cura Francisco Nambo en el año de 1952, continuando con el abnegado celo de la construcción; habiendo pavimentado el amplio atrio que da de entrada a la iglesia y se labro el altar de cantera del altar mayor.

Dándose cuenta de la apremiante necesidad que la niñez y la juventud sufría tocante a instrucción tanto como científica como moral y cristiana, su celo lo impulso a traer religiosas que cuidaran y se preocuparan por el adelanto y progreso cultural y espiritual; fue así como llegaron las RR. MM. Misioneras Marianas en el año de 1954.

La labor del Sr. Cura Francisco Nambo en 1959 paso a manos del Sr. Cura Pbro. D. José Ma. Patiño Rojas quien deseando ver cumplidos los deseos de sus antecesores, logro llevar a feliz término los no pocos trabajos y sudores con el fin de ver terminado el grandioso templo dedicado al Señor del Amparo.

A finales del mes de mayo de 1963 la sacristía del templo de San Jerónimo sufrió un devastador incendio. Para evitar que se destruyeran las imágenes fueron sacadas y colocadas en el templo del Señor del Amparo. Esta circunstancia hizo que los trabajos del pueblo se agilizaran, ya que desde entonces iniciaron allí las celebraciones Litúrgicas.

El Sr. Cura Patiño después de dar a la construcción los acabados que exigía, llego a decidir una fecha para su bendición y consagración, el 8 de enero del 1964 por el Excmo. Sr. arzobispo Don J. Jesús Tirado y Pedraza.

En 1973 llego el Sr Cura Don. Salvador Olivares y promovió la construcción de la torre, y adquirió diferentes muebles y accesorios. Hizo importantes arreglos a la casa parroquial.

El Sr. Cura Don Miguel Jiménez, en el periodo de 1979 a 1989, construyo la capilla de los santos y la casa del vicario parroquial.

En 1989 el Sr. Cura Don Gilberto Fuentes coloco el guardapolvo de mármol y los pisos del bautisterio y capilla de los santos del mismo material.

De 1993 a 1996 estuvo el Sr Cura Don Antonio Carmona quien adquirió diversos accesorios como: la sede, el manifestador, sillas, etc. Hizo el cambio de la notaria del curato a los anexos del templo.

El Señor Cura Don Manuel Ortega estuvo muy delicado de salud durante su estancia en esta parroquia, de enero de 1996 a mayo de 1997. Al poco tiempo de haber salido falleció.

En 1997 llego el Sr. Cura Don Leopoldo Díaz quien coloco el altar y el ambón de cantera, bancas, pintura, decoración y diversas obras de restauración como el templo de San Jerónimo, la Cruz Atrial y el recubrimiento de las cúpulas.

 

Nuestra Galeria

Nulla eleifend scelerisque vulputate. Mauris lobortis a mauris eu convallis. Morbi vulputate nisi eget maximus vehicula. Vestibulum mattis consectetur.