Como es tradición de cada año, en la vísperas de todos los fieles difuntos, las calles se llenan de velas acompañando la imagen de Nuestra Señora del Monte Carmelo hasta el panteón donde se realiza la Misa en conmemoración de todas las almas que ya han fallecido y que al resguardo de la Virgen del Carmen esperan contemplar la gloria eterna. Que Nuestra señora siempre sea el consuelo de aquellos que se dirigen a ella.
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